José María Cazalis ha reprochado al Secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda la gestión llevada a cabo por Renfe y Adif tras el atropello que causo la muerte de Irune Faustmann en la estación de Areta, en Llodio, el 5 de septiembre de 2016. El senador jeltzale ha considerado “inaceptable que la muerte de una persona en una estación no sea suficiente para abrir una investigación” y ha estimado que esta investigación “sí se hubiera cumplimentado si se hubieran perdido unos vagones; la normativa está hecha para preservar el tren y el sistema, no las personas”.

En la Comisión de Fomento de esta tarde, Cazalis ha criticado también que en el proceso ni siquiera se han llegado a preservar todos los datos necesarios para esclarecer lo sucedido, refiriéndose a los registros de la caja negra. Así, ha recordado a Julio Gómez-Pomar que el registrador jurídico del ferrocarril afectado había sido sobreescrito pese a que este había sido solicitado por la Ertzaintza dos días después del accidente y cuando este registra habitualmente siete días de grabación. “¿En un accidente con resultado de muerte no hay obligación de guardar los datos? ¿Quién es responsable de impedir que sea sobreescrito?”, se ha preguntado el representante jeltzale, que ha anunciado que tomará las iniciativas parlamentarias correspondientes una vez se emita el informe definitivo.

De la misma manera, José María Cazalis ha lamentado el escueto informe de Adif, de tres folios, limitándose a valorar el tiempo y dinero que supuso el mortal suceso a su servicio y concluyendo que el fallo era de terceras personas al no percatarse de que invadía la vía. “En primer lugar, el accidente se produce en una estación, con una usuaria que había pagado su billete y alguien se tiene que hacer responsable. No había ningún impedimento físico para que cruzará las vías. Lo mínimo es que alguien dé una explicación”, ha requerido antes de trasladar que “nadie, absolutamente nadie se  ha puesto en contacto con la familia”.